Por sus beneficios fiscales y amplias coberturas, la Oferta de seguro privado de salud para autónomos ha incrementado su demanda en España, pese a que este régimen laboral carece aquí de la tradición y el apoyo que viene disfrutando en países como Dinamarca o Suiza. Con todo, el mercado asegurador empieza a ponerse al día con las necesidades de este tipo de trabajadores.

 

En primer lugar, el ahorro fiscal es uno de los aspectos más ventajosos de la contratación de un seguro médico para autónomos. Las cuotas o mensualidades de la póliza son deducibles en el IRPF, lo que supone un porcentaje significativo de la carga tributaria de los trabajadores por cuenta ajena.

 

La precariedad del trabajo autónomo se ve disminuida gracias a este tipo de seguros, pues los afectados no pierden su única fuente de ingresos en caso de sufrir un accidente o enfermedad y verse obligados a tramitar una baja laboral. De este modo, los asegurados disfrutan de una protección mínima para su economía familiar, que se debilitaría rápidamente en caso de carecer de seguro médico si la situación de baja se prolonga en exceso.

 

No obstante, la situación de baja laboral no es agradable para los autónomos, y por ello otra razón de peso para disponer de un seguro adaptado es la agilidad en los trámites y consultas, un aspecto en el que no brilla precisamente la Sanidad Pública, pese a sus virtudes en otras cuestiones. La posibilidad de solicitar un médico o especialista en particular o de disponer de habitaciones individuales en caso de requerir el ingreso hospitalario explican el éxito de estos seguros para autónomos.

 

Como sucede con cualquier otro seguro de salud, los productos destinados a autónomos proporcionan un amplio listado de coberturas: acceso a urgencias menos masificadas, asistencia médica en el extranjero, telemedicina, etcétera.